martes, 22 de junio de 2010

Personajes y misterios

Los personajes de El galante aventurero responden esencialmente a estereotipos propios de la novela popular y, siendo planos, sí que en ocasiones pueden parecer enigmáticos, desconcertantes. El enigma, el misterio, es constante, y así abundan los personajes enmascarados, las dobles personalidades que se esconden bajo diversos nombres, las reapariciones de personajes que creíamos muertos, las muertes y torturas terribles, espeluznantes, las sociedades secretas como El Pulpo o los amores apasionados. Aparecen personajes que rozan lo grotesco, como el astrólogo vestido de tal, el principal de Ajaccio que se esconde tras una máscara veneciana, el Hidalgo Lunático, que vive y duerme en un ataúd rodeado de calaveras y de cuatro grandes cirios encendidos o su fiel Máscara de Cera, “vestida enteramente con ceñida túnica verde, que a su estatuaria figura concedía reflejos serpentinos, cubierta la cabellera por prieto turbante del mismo color, un rostro blanco, de rojísimos labios sangrientos y pulposos, de oblicuas cejas, estático, maligno, de pesadilla, que parecían sin vida, contemplaba por dos estrechas rendijas azuladas, al bandolero” (93, V).
En un mundo de ficción regido por la desmesura emotiva y argumental, esta constelación de estereotipos funcionan como un elemento de cohesión y coherencia imprescindibles.

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