miércoles, 23 de junio de 2010

Tras las huellas de Dumas

La huella de Alejandro Dumas (1802-1870) constituye una de las más evidentes influencias. No sólo por ser la obra de Debrigode una narración de espadachines de ambientación histórica -género que consolidó el autor francés con Los tres mosqueteros (1845) y toda la saga subsiguiente- sino por la presencia de otros interesantes rastros. Así, el título de una de las obras más singulares de Dumas, Los hermanos corsos (1845), siendo notablemente distinta de nuestra serie, es indudable que podría haber servido de subtítulo para los primeros diez volúmenes de El galante aventurero. También es pertinente señalar cómo determinados aspectos propios de Dumas como pueden ser la habilidad para combinar tramas distintas en una misma narración, la creación de personajes ricos en su aparente simplicidad, la habilidad para capturar la atención del espectador de entrega en entrega son rasgos presentes en un Debrigode que, de ascendencia francesa y específicamente corsa, seguro que había leído al autor de El conde de Montecristo (1844); una novela que, por otra parte, también podemos calificar, igual que El galante aventurero, de epopeya mediterránea.

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