En 1842 se empezaron a publicar Los misterios de París, de Eugène Sue, obra fundacional del folletín que marcó toda la narrativa del siglo XIX. En 1860 Antonio Altadill publicó Barcelona y sus misterios, una novela de notable intensidad política que recogía el testigo de la aportación de Sue. En 1949, cuando Debrigode quiere desarrollar un folletín aventurero en el marco de la Venecia renacentista homenajea esta tradición de misterios y ciudades y titula su primer volumen Los misterios de Venecia; no podía ser de otra manera
Turismo sangriento
Hace 12 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario