A veces los libros encierran entre sus páginas el rastro de otros lectores; en el volumen que hemos manejado de Bandolero y trovador hemos encontrado una serie de datos sobre lectores y lecturas que nos informan bastante de la recepción y difusión de la novela popular.
El volumen lleva incorporados tres sellos que, aunque deteriorados por el paso del tiempo, aún son legibles.:
1.- En la página 1
“MANEDUA
Alquiler: Plazo 5 días
Fecha.........................
Fondo........................
2.- En la página 5
¡ATENCIÓN! Por 0’60 cts. Puede Vd. leer las últimas publicaciones.
¿DÓNDE? En “MANEDUA”, Plaza del Príncipe. Santa Cruz de Tenerife
3.- En la página 127
LIBRERÍA DE LANCE “MANEDUA”. Compra-venta y cambio. PLAZA DEL PRÍNCIPE. SANTA CRUZ DE TENERIFE
Los sellos nos informan de datos importantes; el primero y más obvio es recordarnos que la novela popular se compraba pero, especialmente, se cambiaba en puestos de lance: éstos permitían una extraordinaria difusión de los volúmenes pues los títulos pasaban de mano en mano y multiplicaban el número de lectores. Pero junto a este dato per se importante, es complementario saber que el plazo de lectura era de 5 días y que el precio para canjear los volúmenes era de 0’60 cts, cuando el precio del libro era de 4 ptas. O dicho de otra forma, por el precio de venta de una novela el lector voraz podía leer seis o siete títulos.
Junto a estos datos, el volumen que manejamos tiene una curiosa anotación a lápiz en la página 63: Elena Sanchez lello esta novela el día 30 del 5 del 60. Más allá de la deficiente ortografía -un dato que nos puede permitir deducir cómo la novela popular legaba a todos los estadios sociales- y de la condición de mujer de la lectora -el público era amplio y las mujeres no sólo leían novela rosa y la novela rosa no sólo era leída por mujeres-, es especialmente interesante la fecha. 1960. Once años después de su publicación y a pesar de no haber gozado de ninguna reedición, El galante aventurero seguía siendo leído.
El volumen lleva incorporados tres sellos que, aunque deteriorados por el paso del tiempo, aún son legibles.:
1.- En la página 1
“MANEDUA
Alquiler: Plazo 5 días
Fecha.........................
Fondo........................
2.- En la página 5
¡ATENCIÓN! Por 0’60 cts. Puede Vd. leer las últimas publicaciones.
¿DÓNDE? En “MANEDUA”, Plaza del Príncipe. Santa Cruz de Tenerife
3.- En la página 127
LIBRERÍA DE LANCE “MANEDUA”. Compra-venta y cambio. PLAZA DEL PRÍNCIPE. SANTA CRUZ DE TENERIFE
Los sellos nos informan de datos importantes; el primero y más obvio es recordarnos que la novela popular se compraba pero, especialmente, se cambiaba en puestos de lance: éstos permitían una extraordinaria difusión de los volúmenes pues los títulos pasaban de mano en mano y multiplicaban el número de lectores. Pero junto a este dato per se importante, es complementario saber que el plazo de lectura era de 5 días y que el precio para canjear los volúmenes era de 0’60 cts, cuando el precio del libro era de 4 ptas. O dicho de otra forma, por el precio de venta de una novela el lector voraz podía leer seis o siete títulos.
Junto a estos datos, el volumen que manejamos tiene una curiosa anotación a lápiz en la página 63: Elena Sanchez lello esta novela el día 30 del 5 del 60. Más allá de la deficiente ortografía -un dato que nos puede permitir deducir cómo la novela popular legaba a todos los estadios sociales- y de la condición de mujer de la lectora -el público era amplio y las mujeres no sólo leían novela rosa y la novela rosa no sólo era leída por mujeres-, es especialmente interesante la fecha. 1960. Once años después de su publicación y a pesar de no haber gozado de ninguna reedición, El galante aventurero seguía siendo leído.

1 comentario:
felicitaciones por el nuevo blog , veo que en pocos días ya subiste mucha y valiosa información.
Yo también tango varias bolsilibros con marcas de antiguos dueños y con timbres de casas de cambio.
Espero hacer una entrada sobre eso.
saludos.
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