jueves, 24 de junio de 2010

Las ilustraciones

El responsable de las ilustraciones exteriores e interiores que acompañaron la edición de los veinte números de la colección fue Jaume Provensal , un artista que ilustró gran parte de las las novelas que escribía Pedro Víctor Debrigode con el pseudónimo de Arnaldo Visconti. Se dio a conocer a conocer al gran público con sus brillantes trabajos para El pirata negro donde la influencia de los carteles de cine de la época es más que evidente; a partir de ese momento, las otras series firmadas por Arnaldo Visconti -Diego Montes, El Halcón, El Aguilucho y, por supuesto, El galante aventurero- aparecieron siempre acompañadas de las portadas de Provensal que pasó a convertirse en firma de referencia.
En El galante aventurero Provensal dibujó todas las portadas y las tres o cuatro ilustraciones interiores que acompañaban cada uno de los volúmenes. Las portadas se presentaban siempre sobre fondo amarillo y en ellas el ilustrador utilizaba la técnica del gouache -acuarela en pasta consistente en añadir más blanco a los colores para que éstos no transparenten- que tan excelentes resultados le había en El pirata negro; no obstante ello, en este trabajo las composiciones son más estáticas y repetitivas que en esa colección -casi siempre aparece el protagonista en una acción gallarda acompañado de la presencia de alguna dama- y el conjunto de las mismas convierten su trabajo a color en El galante aventurero en correcto pero no en especialmente brillante.
Las ilustraciones interiores, siempre en blanco y negro, eran dibujadas con pluma y, con frecuencia, no pasaban de ser un mero esbozo gráfico que no daba la medida del talento de nuestro autor. Al principio el esmero con que dibujante desarrolla estas ilustraciones es más que notable pero, a medida que avanza la serie -podemos pensar que los compromisos profesionales le impiden dedicar más tiempo a este material- el dibujo se reduce a lo elemental. No obstante ello, las composiciones que dibujaba mantenían una coherencia gráfica con las portadas aspecto éste que ayudaba a presentar la colección con un aspecto visual muy determinado y característico.En definitiva, el conjunto de ilustraciones que se debieron al trabajo de Jaume Provensal, sin ser especialmente notable, presentaba al lector un producto gráficamente coherente y plenamente ligado con el prestigio que gozaban las narraciones que se presentaban con la firma de Arnaldo Visconti.

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